viernes, 13 de diciembre de 2013

Comunicado

El Partido Comunista, en su carácter de fuerza querellante en los juicios de lesa humanidad, manifiesta su rechazo a la aprobación en el Senado, por parte del gobierno, del pliego que propone el ascenso del general Milani como jefe del Ejercito.     
Ante las denuncias efectuadas por familiares de personas que habrían sufrido acciones represivas en el marco de la dictadura con la participación directa del ahora general Milani, consideramos necesario y un aporte para afirmar la democracia, retirar este pliego y no insistir con el pedido de ascenso mientras se lleven adelante las investigaciones pertinentes.

Buenos aires, 13 de diciembre de 2013

Patricio Echegaray

Secretario general del Partido Comunista

viernes, 6 de diciembre de 2013

Comunicado

Libertad al compañero Fernando Esteche, condenado a prisión por repudiar el asesinato del maestro Carlos Fuentealba en un juicio donde se juzgó el ideario de la organización Quebracho y no hechos punibles según el Código Penal

El Partido Comunista reitera su repudio al proceso judicial llevado adelante contra militantes de la organización Quebracho, en castigo por su postura de condena a los autores materiales e intelectuales del crimen del maestro Carlos Fuentealba en la provincia de Neuquén, a manos de la Policía Provincial y por ordenes del gobierno neuquino, entonces encabezado por Sobisch, quien nunca fue siquiera “molestado” con una convocatoria a declaración indagatoria.
Los dirigentes de Quebracho condenados ni siquiera estaban en el lugar de los hechos que supuestamente fueron cometidos en la sede de la delegación provincial neuquina, mientras transcurría una acción de señalamiento y repudio, metodología de lucha que practica el movimiento popular desde hace décadas.
El tribunal oral, y las instancias superiores que revisaron la condena, practicaron una ejecución judicial inquisitoria; ya que al modo del Tribunal de la Inquisición que perseguía a los patriotas de Mayo durante la lucha por la primera independencia nacional, no juzgó conductas y hechos sino ideas y principios.
Vaya toda nuestra solidaridad con el compañero Esteche y demás compañeros afectados por la persecución  judicial, con la organización Quebracho en su conjunto y nos sumamos a la exigencia de su excarcelación dada su probada voluntad de afrontar el juicio sin fugarse, su dimensión pública y la insoportable injusticia que representa el hecho que buena parte de los genocidas condenados luego de más de treinta años de impunidad, esperan en sus casas la confirmación de la Corte Suprema; beneficio que se le niega a Espeche en una clara demostración del carácter clasista y elitista de la Justicia Federal.


COMISION POLITICA PARTIDO COMUNISTA
PATRICIO ECHEGARAY
SECRETARIO GENERAL


jueves, 28 de noviembre de 2013

Comunicado


El Partido Comunista de la Argentina expresa su enérgico rechazo a la sanción otorgada en la madrugada de hoy por la Cámara de Senadores al proyecto de Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación.

Sin dudas, la revisión y actualización de ambos códigos es una meta necesaria y legítima. Sin embargo, muchas de las modificaciones contenidas en esta iniciativa  constituyen un franco retroceso en la vigencia de derechos democráticos ganados gracias a la lucha popular, en tanto otras incurren en flagrantes contradicciones con derechos largamente esperados y reconocidos en diversas leyes (como la de fertilización asistida) o cierran las puertas a la conquista de nuevos derechos.

Entre estos últimos, uno de los más repudiables es el de la modificación del Artículo 19, donde la redacción aprobada pasa a considerar la existencia de la persona humana desde el momento de la concepción. Así, y entre las múltiples consecuencias que esta decisión acarrea para la sociedad, una de las más nefastas es la obturación de  toda posibilidad de discutir y legislar sobre la despenalización y legalización del aborto. No caben dudas de que los lobistas de la jerarquía de la iglesia católica fueron artífices protagónicos de esta imposición y que ello no fue porque sí. Tal como advertimos hace meses, es innegable que su capacidad de presión se vio profundamente fortalecida desde la elección de Bergoglio como papa. Pero lo más lamentable es que la Cámara de Senadores se haya dejado subordinar por la definición filosófica sobre el significado de la vida humana proveniente de una corporación que, como tal, no puede ni debe erigirse en vocero y representante de los intereses de las y los ciudadanos de este país en su conjunto. Con esa subordinación esta Cámara ha violentado por completo el principio constitucional que establece que el Estado argentino es independiente de todo culto, lo cual incluye al católico.

Si este proyecto obtiene una sanción definitiva, el Estado argentino seguirá siendo el responsable directo de la muerte de miles de mujeres por negarles el derecho a decidir sobre su propio cuerpo.

Modificar y actualizar estos códigos es absolutamente necesario. Pero esta tarea requiere de una discusión profunda, democrática y seria, comprometida con los derechos humanos y no con las corporaciones.

Partido Comunista de la Argentina

28 de noviembre de 2013 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Entrevista en Miradas al Sur

Hay que construir un programa concreto para el proyecto político”. Entrevista. Patricio Echegaray

Año 6. Edición número 287. Domingo 17 de Noviembre de 2013
(FOTO: JUAN FORM).
Entrevista. Patricio Echegaray. Secretario general del partido comunista de la argentina. El apoyo a los frentes gobernantes de la región, el perfil propio, la crítica propositiva y el rumbo del comunismo en América latina.
En determinados moentos históricos, los partidos comunistas de la región seguían los dictados del Partido Comunista de la Unión Soviética: frentes, alianzas, caracterizaciones de los gobiernos. Hoy, 24 años después de caído el muro de Berlín, el comunismo, sin contar Cuba, forma alianzas que llegaron al poder en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina y, casi con seguridad, Chile. ¿A qué eje responden esos partidos comunistas de la región?
–Vamos por partes. Estuvo también en Paraguay durante el gobierno de Fernando Lugo. Ahora es una parte importante del Frente Guazú opositor a Cartes. En Perú, está en la oposición a Ollanta Humala por, entre otras tantas cosas, no cumplir sus promesas electorales e interponerse con la Alianza del Pacífico a la corriente regional. Dicho esto, en Chile hay acuerdos importantes que lograrán incrementar la presencia comunista parlamentaria, con Camila Vallejos y Karol Cariola, muy importante para la batalla fundamental que definirá qué es lo que va hacer Bachelet, qué actitud va a tomar con la Constitución chilena. Si ella jura como juró Chávez, “sobre esta moribunda Constitución”, si encara un proceso serio de cambio y liberación, sería fantástico. Ahora bien, la caída de la Unión Soviética nos hizo pensar varias cosas. La Revolución de Octubre fue un acontecimiento sustantivo del siglo XX, siglo de dinámica histórica por excelencia. Nos enseñó con su proceso de desarrollo y mucho más con la idea de que era posible tomar el cielo por asalto. Eso es inspirador para estos nuevos momentos que vivimos. Luego, debemos rescatar la fase de la Nep, la nueva política económica que, con la muerte de Lenin y por el previo peso del comunismo de guerra, no pudo consolidarse. Esa idea reinstalaba la idea del socialismo no como utopía final, sino como la transición hacia la verdadera utopía que era el comunismo: transición que permite, conservando una hegemonía de propiedad social, tener espacios de propiedad privada, dinamizando la fuerza productiva y resolviendo problemas muy importantes de nivel de vida. En eso se inspiraron China y Vietnam. Allí abrevan las reformas importantísimas y de tendencia avanzada que se están aplicando en Cuba. Y con la caída de la URSS aprendimos que todos los procesos de revolución, por grandes y poderosos que sean, son reversibles.
–Entonces...
–Entonces comprendimos que los partidos comunistas debemos apoyar todos estos procesos respetando nuestro perfil propio. Un apoyo leal y consciente de que cualquier retroceso que ocurra es una pérdida terrible. Por eso, en la Argentina defendemos a Cristina y lo decimos sin ocultamientos. Porque rompieron las relaciones carnales, porque se incorporaron fuertemente al proceso latinoamericano y porque, desde el gobierno de Néstor Kirchner tenemos la mejor política internacional, sólo comparable con aquel momento, aislado, pero estelar, que fue la ruptura del bloqueo a Cuba por el tándem Perón-Gelbard. Ahora se tiene una política latinoamericanista fuerte, consistente. Estamos a ocho años del ALCA, que se produjo en la Argentina, enorme mérito de Néstor Kirchner, de Lula, de Chávez y de alguien que si bien no estuvo presente jugó un papel fundamental, Fidel Castro. Eso produjo una nueva situación, de incorporación franca, con América latina en una situación fabulosa. Además, está todo lo que se hizo en cuanto a distribución de ingresos, a transformaciones democráticas, empezando por la anulación de Punto Final y Obediencia Debida. Recordemos que el Comunista fue el único partido querellante por los 30.000 desaparecidos. Tenemos una valoración altísima de la Asignación Universal, de la nacionalización de los fondos de las AFJP, de la nacionalización de Aerolíneas y de todas las reformas de tipo sociocultural profundo. Valoramos y apoyamos todo eso. Pero, además de apoyar lo que se hizo en estos últimos diez años, miramos y analizamos los discursos opositores, como el de Sergio Massa y otros referentes en el Council of America. Allí, en reuniones con el establishment, hablaron de dar un viraje sustantivo en la política exterior. No lo dijeron en los discursos de campaña ni en los barrios ni en las universidades, pero al establishment se lo dijeron porque ése es el plan. Y, naturalmente, estamos aquí para denunciar eso, para alertar y no descuidarse.
–¿Para no volver a cometer viejos errores?
–Es verdad que la disolución de la Internacional Comunista en 1943 fue un gran error, porque no democratizó, que fue el argumento que se utilizó para romperla, sino que generó una relación radial desigual entre los partidos comunistas del mundo y el PC de la URSS, el partido en el poder. Eso influyó negativamente en la política internacional, aunque debemos reconocer errores sustantivos que pusimos de nuestro propio coleto.
–¿Por ejemplo?
–Mantener a la Argentina caracterizada durante años como un país con cierto grado de desarrollo capitalista pero que no pudo alterar su estructura feudal. Era un error nuestro, de los comunistas argentinos, y los rusos no lo compartían. Los soviéticos tenían una mirada, no de revolución internacionalista hacia la Argentina, sino una mirada geopolítica y económica.
–¿Basada en qué realidades?
–Una de las causas fundamentales del deterioro e implosión de la Revolución Rusa fue la no solución del problema agrario, de la soberanía alimentaria. Todo lo que la Unión Soviética ganaba en balanza de pago por exportación de industrias, de conocimiento, de materiales estratégicos, formaba una montaña de dinero inmenso con el que había que pagar por los alimentos que no producía. Eso ocurría por uno de los grandes errores: pretender transformar al campesino en obrero, con lo cual el campo dejó de producir. Eso, junto con la posible reversibilidad del proceso revolucionario, es lo que pretendía corregir la Nep. Y eso es a lo que tenemos que estar atentos hoy en la región. El imperialismo vive una crisis civilizatoria: económica, energética, alimentaria, ecológica. Hoy 20.000 niños mueren por día por la falta de alimentación. Es el mundo actual, unipolar, hegemonizado por el capitalismo triunfante, el que felizmente empieza a trastrabillar. El imperio no puede reproducir el sistema, basado en el consumo infinito. La humanidad tiene una dimensión y el consumo tiene un desarrollo tal que nos enfrenta a la finitud de recursos tales como el petróleo, el agua, el cobre, el hierro. Es una crisis que no puede reproducir el consumo infinito en un planeta finito en cuanto a sus recursos y posibilidades. Ante eso, una nueva visión del socialismo recreado tiene que cambiar el paradigma del progreso. Un error grosero fue que se tomó el paradigma del progreso creado por la burguesía: más desarrollo, más consumo, quizás un poco mejor repartido. Ese es uno de los grandes cambios que hay que hacer para el socialismo del siglo XXI. Pero el imperio sigue contraatacando; por su crisis, el imperialismo se hace más agresivo, sobre todo con los que ellos consideran su espacio estratégico.
–América latina...
–Exacto, donde existe la potencialidad de la reserva económica más fabulosa del planeta, empezando por las reservas petrolíferas venezolanas que ya se comprobó que superan las de Arabia Saudita, siguiendo por la riqueza de Brasil, nuestros yacimientos de Vaca Muerta. Está el litio, acumulado en Argentina, Brasil y Chile. Somos el país que tiene la mayor parte de la mayor acumulación montañosa del mundo, esto es acumulación de minerales. De ser un país con minerales pasamos a ser un país minero, y esto plantea grandes problemas: el ecológico, por supuesto, pero también el del saqueo si no seguimos moviendo con la Constitución de 1994 que les otorga potestad de su suelo a las provincias que, evidentemente, tienen poca capacidad de negociación con las grandes corporaciones mineras. En fin, tenemos todas estas nuevas situaciones, pero el imperialismo quiere revertir el proceso. Sería falso pensar que sólo hay una cuestión de ambición de riquezas. La cuestión es ideológica: América latina, en este proceso que se está llevando a cabo, es un faro alternativo frente a su crisis.
–¿Un faro ideológicamente alternativo?
–Claro, un gran territorio de enormes riquezas y potencialidades, pero que además tiene un alto nivel de desarrollo de los Estados y de sus fuerzas políticas y culturales. Una región con un grado de empatía poco común: no hay aquí 35 idiomas distintos como en Europa. Además, ya hicimos una revolución anticolonial continental: Bolívar, San Martín. El capitalismo está en una etapa de senilidad, ya no tiene el vigor productivo que tenía en su juventud y su madurez. Pero ahora está el capitalismo financiero, con activos de finanzas 600 veces mayores que los reales. Es sabio y perverso, y no es una realidad externa a nuestros países: está instalado. Tenemos que entender que todas las fracciones de derecha que se mueven en el país (la mediática, la política, la del movimiento social) tiene un articulador detrás que las hace más peligrosas aún: la embajada norteamericana, los servicios que residen allí, el espionaje para conocer, programar y articular mejor el tratamiento político a cada sector, a cada dirigente, a cada fuerza. Por eso los partidos comunistas de la región estamos apoyando efectivamente a todos los procesos liberadores con un perfil propio, autónomo, preservador de nuestra esencia crítica. Si abandonamos nuestra capacidad crítica dejamos de ser quienes somos. Críticos pero con capacidad propositiva. No se trata de criticar sin proponer un camino de soluciones. Por eso valoramos la decisión muy sabia que se tomó en la crisis de 2009 de salir arando por izquierda con la ley de medios, con la Asignación Universal, con la nacionalización de las AFJP. Por eso no decimos que las últimas elecciones fueron una gran victoria ya que el frente gobernante conservó una cierta mayoría. Somos aliados leales, creemos que no se puede decir que triunfamos cuando se perdió en los 5 distritos principales, cuando hay una disminución de votos importante en relación a la elección presidencial. Es cierto que eso es fruto del carácter de las elecciones de mediano término, pero hay que señalar que la oposición está innegablemente más articulada y estructurada aunque no se haya unido en una sola fuerza. La derecha ya se articuló para dirigir el espacio del FAP a partir del enorme favor que hace esta social democracia en proceso degenerativo. Allí está el claro ejemplo de Hermes Binner al decir “yo votaría por Capriles”. Allí está Sergio Massa declarando que es necesario un golpe de timón en la política exterior. Y está también la propuesta de hegemonizar a través de Daniel Scioli al propio Frente Para la Victoria. No se puede mantener una actitud liviana ante esta situación tan delicada, no somos de los que dicen que hay que resignarse, que hay que rendirse. Hay mucho por hacer y se puede revertir la situación, pero para considerar que la década es ganada, hay que resolver tareas que están atrasadas y pendientes.
–¿Por ejemplo?
–Básicamente, definir el programa que Cristina Fernández de Kirchner puso como proyecto político, social y cultural en el Bicentenario. La idea de “proyecto” habilita un debate más fértil que el de “modelo”, que aparece como algo que viene preconcebido, que se acepta o se rechaza favoreciendo la política primitiva de oficialismo-oposición. Nosotros creemos que la idea de “proyecto” abre a la participación, al debate que necesariamente tiene que ponerles nombre y apellido a las muchas cosas que debemos hacer. Hay que ser más consistente en el proceso de recuperación de la propiedad privatizada; no sólo con el carácter de estatización, sino con el carácter de empresa publica. Hay que ser más consistente en las políticas de control en los precios. Hay que cambiar muchas cuestiones financieras: la ley de entidades financieras sigue siendo la de la dictadura. Y hay una política impositiva regresiva que está fundamentalmente apoyada en el IVA, el impuesto más regresivo que se conoce. Y se debe tener una nueva ley de minería; una empresa nacional de transporte, de ferrocarriles, que luche por la recuperación y remodelación del sistema ferroviario en la Argentina para que deje de ser radial. Y tantas otras cosas que tienen que ver con pasar de una etapa de distribución de ingresos a una de distribución de riquezas, lo que nos llevaría a pensar en una reforma agraria con ideas nuevas sobre la estatización de los centros de producción agraria. Claro que todas estas cuestiones tienen que ver con una reforma de la Constitución.
–Una reforma constitucional que la oposición sigue denunciando como mero intento de re reelección para, en realidad, frenar todo lo demás... 
–Claro, pero es necesario asimilar esa mentira para pelear y no dejarnos inhibir con eso de la re-reelección de Cristina. Y volvemos sobre las enseñanzas de la región. Lo que se debate en las elecciones del 8 de diciembre en Venezuela, no es solo patrimonio de e se país. Lo que pase allí nos compete a todos. La revolución bolivariana no se conformó con ser antineoliberal, planteó la necesidad de ser y hacer un planteo post capitalista. Dijo que el capitalismo en su variante pretendidamente humanizada no es la solución sino el problema. Chávez tuvo el merito universal de haber instalado la idea del paradigma socialista, que es lo que caracteriza un poco la tendencia del cambio de época. No era que habían muerto las revoluciones, las ideologías, el socialismo; no era que había que acostumbrarse al capitalismo, y que los socialistas y comunistas debían ir al parque jurásico. Ahora, en el parque jurásico están ellos. La reinstalación del enfoque socialista hace que nos nutramos del pensamiento de Chávez, un pensamiento en clave suramericana, en clave de patria grande. Un pensamiento que nace de Bolívar, de Simón Rodríguez, de Vicente Zamora; que tiene fuerte inspiración en nuestros Mariano Moreno, Manuel Belgrano, San Martín, Monteagudo. Bolívar fue el líder de una burguesía naciente que era anticolonialista y nos inculcó el sueño de hacer una gran patria, una idea extraordinaria que marca ese enfoque marxista de que las revoluciones son internacionales por su contenido y nacionales por su forma. Algo que Chávez contiene en su reflexión y que fue un tremendo aporte a la ruptura del mundo unipolar. América latina tomó esa actitud como un proceso que se consolida, se convirtió en un polo mundial, y el imperialismo no quiere eso. El Partido Comunista de la Argentina, al igual que el resto de los partidos comunistas del continente, está apoyando con claridad estos procesos de cambio. Reitero: lo hacemos desde nuestra autonomía política, sin perder nuestra mirada crítica, responsable y propositiva sobre estos procesos. Es a partir de esto que marcamos que en nuestro país tenemos aún dos deudas muy grandes que debemos saldar: la discusión y confección de un programa concreto que oriente los pasos a dar en este proyecto y la construcción de una fuerza política frentista, amplia y democrática en su funcionamiento interno, que pueda defender y avanzar en las transformaciones necesarias. En superar estos desafíos está puesto el firme compromiso del Partido Comunista.

martes, 22 de octubre de 2013

COMUNICADO


El Partido Comunista manifiesta su más enérgica condena ante el ataque sufrido en la provincia de Jujuy por la compañera Milagro Sala del Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular, en la que resultaron heridos los compañeros José Fabio Osca y Facundo Villalobos.
Que se esté vinculando con estos hechos a patotas relacionadas con el radicalismo provincial no puede sorprendernos desde el mismo momento en que su máximo referente, Gerardo Morales, ha llevado adelante una campaña de desprestigio y de violentos ataques verbales contra la figura de Milagro Sala y el trabajo desarrollado por la Agrupación Tupac.
Esperando la pronta detención de los autores materiales de este ataque y la identificación de los mentores políticos del mismo, desde el Partido Comunista hacemos llegar nuestra solidaridad con los agredidos y reafirmamos nuestro compromiso con las causas populares como la que encarna Milagro Sala, la Tupac y el Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular en la provincia de Jujuy.
Buenos Aires, 22 de octubre de 2013

Patricio Echegaray
Secretario General del Partido Comunista



martes, 8 de octubre de 2013

Comunicado

El Partido Comunista expresa su ferviente deseo de los mejores resultados en la intervención quirúrgica de la Señora Presidenta de la Nación, Cristina Fernández.
Interpretando al conjunto de su militancia le desea pronta recuperación en bien de su persona y de la enorme tarea que debe desempeñar por nuestro país y por Nuestra América.


8 de octubre, 2013

sábado, 31 de agosto de 2013

Comunicado


Comunicado de Prensa

El Partido Comunista repudia la represión ejercida en la provincia de Neuquén frente a quienes se manifestaban en protesta a los acuerdos alcanzados por YPF con la empresa Chevrón y sostiene que la represión no puede ser una herramienta utilizada por el Estado para dirimir conflictos político – sociales. Estas represiones impulsadas por gobiernos provinciales, como ocurrió en esta ocasión, son utilizadas por el establecimiento mediático y no mediático para generar un clima en el cual resulte perjudicado el gobierno nacional en momentos en que este ha tomado medidas como el aumento del piso para el pago de ganancias, el incremento del tope para las asignaciones familiares y el gravamen a la distribución de dividendos entre los accionistas de las empresas.

Frente a esto, el gobierno no debe avalar estas acciones represivas en caso alguno, y mucho menos intentar una “explicación” de las mismas a través de declaraciones de algún funcionario. 

Por el contrario, se necesita profundizar en los debates políticos sobre como dejar definitivamente atrás al neoliberalismo impuesto en los 90 que tuvo, como uno de sus rasgos relevantes, la criminalización de la protesta social.

Terminar con estas prácticas represivas es una de las tareas fundamentales para avanzar en el camino de las transformaciones, evitar retroceder y fortalecer a los sectores populares sobre los cuales se asientan los procesos de cambio.

 

Patricio Echegaray

Sec. Gral del

Partido Comunista

jueves, 29 de agosto de 2013

Comunicado

Modificaciones al Impuesto a las Ganancias

El Secretario General del Partido Comunista, Patricio Echegaray, valoró positivamente las medidas tomadas por el gobierno nacional para dejar exentos del pago del Impuesto a las Ganancias a todos aquellos trabajadores que ganen menos de $15000. Con esta medida, cerca del 90% de los empleados quedan exceptuados del pago de este impuesto y alrededor de 850.000 personas se verán beneficiadas por el aumento a $30.000 del tope a las asignaciones familiares.
Asimismo destacó que: compensar esta recaudación con un gravamen del 10% a la distribución de dividendos entre los accionistas de las empresas, marca el rumbo de una reforma progresiva en el sistema tributario nacional, que debe ser profundizado para terminar con la regresividad del mismo.
Entendemos que estas decisiones demuestran la necesidad y la posibilidad de avanzar en una verdadera distribución de la riqueza a partir de una drástica reforma impositiva.
Esto implica el aumento de los salarios, las jubilaciones y pensiones para todos; con una fuerte reforma impositiva que, afectando las grandes fortunas y las ganancias extraordinarias profundice el principio de progresividad presente en estas medidas.
Es necesario que el IVA deje de ser la principal fuente de recaudación mientras existen grandes riquezas y ganancias que se mantienen exentas de tributar. Para esto debemos avanzar en la creación de instrumentos estatales que permitan, por ejemplo, orientar y controlar el comercio exterior e interno de granos, carnes y energía, de modo tal que la renta de la tierra y el subsuelo no sea objeto de la especulación financiera y factor de poder de los grupos económicos, sino que sirva para promover el bienestar popular, la igualdad, la justicia y la soberanía nacional construyendo un modelo de producción que parta de satisfacer las necesidades populares con un fuerte mercado interno.
Echegaray afirmó que: los cambios realizados en el Impuesto a las Ganancias, en el tope de las Asignaciones Familiares y en la recaudación sobre los dividendos de los accionistas de las empresas resultan medidas muy positivas que tienen que constituirse como el paso inicial de la profunda reforma del sistema tributario aún pendiente en nuestro país.
Avanzando en este sentido se fortalecerá la defensa de los avances logrados en los últimos años y se crearan las condiciones necesarias para seguir avanzando en la construcción de una sociedad cada vez más equitativa.
                                                                                                  Patricio Echegaray
                                                                                      Sec. Gral. del Partido Comunista
                                                                                  Buenos Aires, 29 de agosto de 2013

viernes, 5 de julio de 2013

Solidaridad con el Presidente Evo Morales y el pueblo y gobierno bolivianos



Solidaridad con el Presidente Evo Morales y el pueblo y gobierno bolivianos

El Partido Comunista de la Argentina, considera un hecho de profunda gravedad lo ocurrido en Europa con la aeronave presidencial del Estado Plurinacional de Bolivia.
Se trata, además de una provocación, de un nuevo intento de vulnerar las más elementales normas del derecho internacional para colocar al mundo en una especie de "far west" global donde impere la ley del más fuerte.
Estos hechos se concatenan con el intento de violentar la Embajada ecuatoriana en Londres y con la retención de la fragata argentina en Ghana y se dan en el contexto en que salen a la luz los nuevos sistemas de espionaje internacional de los EEUU, el Reino Unido y Francia.
En el caso más reciente, el cierre del espacio aéreo de varios países al avión en que viajaba el Presidente Evo Morales estuvo al borde del magnicidio ya que puso en peligro su vida dada la escasa autonomía de vuelo del equipo, violentó la soberanía boliviana sobre la aeronave al afectar su plan de vuelo e intentar “revisarla” y mantuvo como rehén al Jefe de Estado de ese país.
En el momento de máxima tensión el Vicepresidente Álvaro García Linera dijo: “El Presidente Evo está secuestrado por el imperialismo”. Coincidimos con esa precisa y sintética definición.
Quienes hoy están señalados como violadores de la privacidad de personas, instituciones y gobiernos de todo el mundo, pretenden volcar la culpabilidad sobre quienes los denuncian, y en esa línea atropellan todo derecho humano y toda soberanía nacional.
Es que en su desesperada búsqueda por recuperar los elementos de hegemonía global que van perdiendo, ya no toleran siquiera las limitadas y muchas veces injustas normativas de los tratados internacionales o las resoluciones de las Naciones Unidas.
Así invaden, bombardean, conspiran, expolian, cometen genocidios, injerencia en los asuntos internos de los estados, espionaje ilegal y un damero de prácticas para las cuales cuentan con un sistema político, económico, financiero, mediático y militar controlado por los EEUU y del que forman parte cada vez más subordinada los estados europeos.
Con los hechos del avión boliviano ha quedado claro que los cielos de Europa están controlados desde Washington y que ese continente se ha transformado en el real “patio trasero” de los EEUU.”
Por tanto, no se ha tratado solo de una agresión contra Bolivia, sino contra todos los pueblos del mundo, especialmente los latinoamericanos, y contra la paz mundial, que debe ser enérgicamente contestada.
El Partido Comunista de la Argentina saluda el rol de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y llama la atención sobre la ausencia en Cochabamba de varios presidentes y presidentas que debieron estar allí y no estuvieron en un momento tan delicado
Tomamos en cuenta la Declaración de Cochabamba suscripta por un grupo de jefas y jefes de Estado y otros representantes de países de nuestra región, en el sentido de reclamar las necesarias disculpas a Francia, España, Portugal e Italia, que debieron ser extendidas a los EEUU y, en el caso de que ellas no llegaran a la brevedad, consideramos necesario adoptar nuevas acciones de diverso tenor para que este hecho deleznable tenga su justo castigo.
Buenos Aires, 4 de julio de 2013

martes, 4 de junio de 2013

Opinión

Una mirada sobre el discurso de la presidenta del 25 de mayo
Organización y poder popular
 
Patricio Echegaray

En el acto del 25 de mayo pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner enuncio en su discurso algunas definiciones que entendemos deben ser tenidas muy en cuenta por los diversos sectores que apoyamos esta gestión.
En primer lugar, resulta importante destacar que la presidenta manifestó que el proceso que está en curso desde el año 2003, no es “un modelo económico, que quede claro que este es un proyecto político con objetivos económicos, sociales y culturales”.
Esta definición nos parece de una gran importancia, ya que habilita un debate positivo acerca de cuáles son los lineamientos programáticos necesarios para avanzar en un proyecto de país liberado de las trabas del neoliberalismo, con cambios estructurales, que nosotros entendemos deben ser de corte poscapitalista, que permitan transferir el poder de los grupos monopólicos y de los sectores elitistas y conservadores de manera efectiva a los sectores populares.
Esto se enlaza con otras de las definiciones centrales del mensaje presidencial al destacar que “Es necesario empoderar al pueblo, a la sociedad de estas reformas y de estas conquistas para que ya nunca nadie más pueda arrebatárselas”.
En la combinación de estos dos enfoques se encuentra, a nuestro entender, la dialéctica básica para salir de esta crisis a la que, 200 años de capitalismo, han llevado a la Argentina pese a sus inmensos recursos y capacidades, tal como quedó dolorosamente expuesto, por ejemplo, en las recurrentes inundaciones que arrasaron con poblaciones del principal núcleo demográfico del país y que se ponen de manifiesto también en las elevadas tasas de pobreza e indigencia que aún subsisten, las que encuentran su explicación en la pornográfica concentración de la riqueza en el polo del privilegio, quienes en su constante búsqueda de ampliar cada vez más su tasa de ganancia desatan procesos inflacionarios.
Por eso no le falta razón a la presidenta cuando plantea que “los precios no los ponen los trabajadores ni el gobierno. Yo digo que los precios los fijan los empresarios y los grandes monopolios”.
Sabemos que la ruptura de estos privilegios sólo podrá lograrse con el empoderamiento del pueblo, o sea con la construcción y afianzamiento del poder popular, lo que exige profundizar en la necesidad de construir una fuerza política de nuevo tipo, frentista, plural, respetuosa de las tradiciones políticas que la integran, amplia en su conformación y profunda en sus definiciones programáticas que permita llevar a cabo y sostener en el tiempo los cambios estructurales necesarios.
Si Hugo Chávez merece todos los reconocimientos por su aporte a la integración regional y por mejorar las condiciones de vida de los venezolanos, también merece reconocimiento por haber tenido la visión de crear una fuerza para defender e impulsar el proceso que puso en marcha.
Es un hecho incontrastable que las grandes formaciones políticas que han dirigido el sistema político a lo largo del siglo XX no han favorecido procesos de poder popular concreto, lo que no quiere decir que no hayan existido importantes momentos de distribución del ingreso, reconocimiento de derechos para los trabajadores y sectores populares y la conformación de un cierto estado de bienestar que no excluyeron enfoque paternalistas de corte partidario y estatal.
La presencia en el discurso de fuertes invocaciones al papel del pueblo organizado: “quiero decirles algo: si no se organizan, si no participan, si no cuidan ustedes mismos lo que es de ustedes, van a venir otra vez por todos ustedes como lo han hecho a lo largo de toda la historia” […] “tenemos los argentinos el deber de no depender de una persona; tenemos el deber, pero sobre todo la necesidad, de empoderarnos nosotros mismos de esas conquistas y de esos derechos y de organizarnos para defenderlas”, resulta entonces de una enorme importancia.
Estas definiciones tienen un fuerte significado para los comunistas y entendemos que debe tenerla para todos los sectores de izquierda y de cualquier otro color político que estamos apoyando este proceso, para asumir con mayor energía las tareas que hacen a la construcción de esta fuerza por el poder popular.
Hoy, a pocos días de cumplirse un nuevo aniversario del natalicio de Ernesto Che Guevara, debemos exigirnos penetrar en los factores que hasta ahora nos han impedido avanzar y enfrentar efectivamente ese gran obstáculo del que nos alertara el Che en su mensaje a los argentinos, nuestro talón de Aquiles ha sido y sigue siendo la falta de unidad entre los distintos sectores que buscan objetivos de revolución social. Para esto debemos asumir que ningún sector podrá lograrlo por sí mismo, sino que debemos unirnos en pos de este objetivo superior.
En este sentido, una reflexión especial merecen los sectores que, procediendo de tradiciones de izquierda, se han enredado en la política burguesa que plantea sólo la dicotomía: oficialismo – oposición. Siguiendo esta lógica, presos de un coyunturalismo electoralista, han terminado aliados a la derecha como quedó demostrado con su presencia en el Monumento a los españoles en momentos de debate por la 125, y hoy se manifiesta en el armado de alianzas parlamentarias y electorales inimaginables años atrás.
Convencidos que la tarea de los comunistas en nuestro país y en toda Nuestra América pasa por ser parte de los distintos procesos que tienden a la emancipación de nuestros pueblos brindando nuestro decidido apoyo, levantando nuestras propuestas y librando todos los debates necesarios para el cumplimiento de los objetivos de liberación, valoramos profundamente el mensaje de la presidenta y sus definiciones en el sentido de la necesidad de unidad y organización para la construcción del poder popular.
Como se sabe, el Partido Comunista es parte del Frente Nuevo Encuentro y tenemos la visión de que ese espacio será más importante, en la medida que consagre más cantidad y calidad de esfuerzos al desarrollo y consolidación de Unidos y Organizados.
Entendemos que es correcto, como en su momento lo hizo Néstor Kirchner y ahora Cristina Fernández, intentar hegemonizar el peronismo, en tanto poderoso instrumento electoral; pero no es posible ignorar  que las viejas y poderosas incrustaciones conservadoras del justicialismo se activan apenas se plantean las necesidades, como sucede en la actualidad, de avanzar con reformas no sólo antineoliberales sino también estructurales  para evitar que el gobierno sea pasto de las conspiraciones de la derecha.
Todo esto aconseja consolidar ampliar y desarrollar el espacio de Unidos y Organizados que puede y debería ser el germen de esa nueva fuerza, amplia, plural y a la vez profunda en su programa para luchar por la Argentina liberada no sólo de la dependencia del imperio sino de la opresión por parte de los sectores concentrados de la economía y el privilegio, en su mayor parte extranjeros.


  

lunes, 15 de abril de 2013

Elecciones en Venezuela


Partido Comunista de la Argentina

Comité Central

Secretaría General

Buenos Aires, 15 de abril de 2013

El Partido Comunista Argentino felicita al compañero Nicolás Maduro, al pueblo venezolano y al movimiento popular chavista por el importante y significativo triunfo electoral logrado en el día de ayer en la hermana Republica Bolivariana de Venezuela.
Frente a todas las adversidades que han debido enfrentar desde el fallecimiento de su líder, el pueblo bolivariano y su hoy presidente electo Nicolás Maduro, sostuvieron firme y en alto las banderas legadas por el comandante Hugo Chávez Frías y lograron sortear todas las trampas y ataques pergeñados por la derecha venezolana y el imperialismo norteamericano para lograr este triunfo que es de enorme importancia para América Latina toda.
Sabemos que la derecha no cesará en su empeño por desestabilizar al proceso bolivariano y serán grandes los desafíos que la revolución deberá enfrentar de aquí en adelante. Pero también estamos convencidos de que el pueblo venezolano y su presidente se harán fuertes en lo construido hasta ahora y avanzaran decididamente en la profundización del proyecto socialista.
Los comunistas de la República Argentina entendemos que en estos momentos es fundamental acompañar al proceso bolivariano que tan solidario ha sido con la región y con nuestro país en particular. Por eso reafirmamos nuestro compromiso y valoramos las muestras de apoyo que el gobierno argentino ha hecho llegar al presidente Nicolás Maduro.
Sabemos que en este compromiso con la revolución bolivariana coincidimos con el conjunto de las fuerzas del campo popular, con quienes nos mantendremos alertas en defensa del proceso socialista en Venezuela, reafirmando nuestro compromiso con la obra de Hugo Chávez, con el presidente Nicolás Maduro y con la integración latinoamericana.
Un fuerte abrazo revolucionario
Patricio Echegaray
Secretario General

viernes, 29 de marzo de 2013

El nuevo Papa

                                                                   El nuevo Papa
                                                                                                                              Patricio Echegaray

La elección de Jorge Bergoglio como Papa ha ocupado el centro de la escena en los últimos días plagados de opiniones rotundas y especulaciones no exentas de cambios bruscos de posición e interpretaciones que buscan colocar a nuestro país como el factor dominante en la elección del nuevo Papa basadas en un elemental chauvinismo, sobre todo instrumentado por los sectores más conservadores de la sociedad, para disputar el sentido y los efectos políticos de su recién iniciado papado.
Lo que no cabe duda es que su designación ha despertado en amplios sectores de la sociedad pertenecientes al catolicismo enormes expectativas. Las mismas están centradas en que la elección de un papa jesuita y latinoamericano significaría una vuelta de página en la profunda crisis y descomposición que la Iglesia está atravesando desde hace décadas, sobre todo desde que de la mano de Karol Wojtila, la Iglesia se convirtió en uno de los protagonistas principales de la contrarevolución neoliberal con hegemonía norteamericana. 
Adoptando como identidad política la lucha contra el comunismo y la instauración del modelo neoliberal, en alianza con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, Wojtila llevó adelante en esos años de restauración conservadora una férrea tarea que barrió con lo avanzado por la Iglesia en el Concilio Vaticano II y en la Conferencia de Medellín. Esta tarea fue continuada y profundizada bajo el papado de Ratzinger, quien ya había asumido la tarea de acorralar a quienes proponían la Teología de la Liberación en América Latina bajo el papado de Wojtila. A la muerte de Wojtila, Ratzinger fue electo para llevar adelante una ofensiva interreligiosa contra el Islam en el marco de las ofensivas políticas y guerreras de Norteamérica hacia Medio Oriente.
Las consecuencias sociales de las políticas neoliberales y el retroceso conservador de la Iglesia cayeron sobre la propia grey católica, que no sólo fue disminuyendo fuertemente, sino que también se hundió en una crisis de identidad y pertenencia que redujo notablemente el número de aspirantes a sacerdotes y monjas.
Como no podía ser de otra manera, la profundidad de la crisis capitalista, que como ha señalado Fidel Castro alcanza dimensiones civilizatorias, ha golpeado fuertemente a la Iglesia, uno de sus sostenes institucionales más poderosos, y esto se ha manifestado con gran intensidad en Latinoamérica, donde los sectores católicos tienen una fuerte presencia.
No hay dudas que los procesos latinoamericanos han tenido una importante influencia en la elección del Papa y es en este contexto que deben interpretarse los saludos enviados al mismo por Raúl Castro, Nicolás Maduro y Rafael Correa, entre otros, y la posición de Cristina Fernández, quien más allá de sus conocidas polémicas con Bergoglio utilizó la mención del Papa a la Patria Grande y las declaraciones de Cameron sobre Malvinas, para vincular esta elección con los procesos latinoamericanos y pedir un mayor compromiso de la Iglesia para enfrentar a los poderosos. Estas manifestaciones no pueden ser tomadas a la ligera, ya que buena parte de los procesos en marcha en América Latina representan un desafío para la Iglesia. Si esta intenta efectivamente superar su crisis deberá buscar contactar con estos procesos en buena medida protagonizados por sectores cristianos, si no es así, sólo logrará profundizar esta brecha y hundirse más en el descrédito, ya que la crisis de la Iglesia se manifiesta en su doble condición de poder temporal y a la vez de poder permanente como dador de fe y de legitimización institucional de las bases organizativas de la sociedad capitalista.   
Es así, que jaqueada por los escándalos financieros protagonizados por el banco Vaticano involucrado en el lavado de dinero, por los innumerables casos de abuso sexual contra menores protagonizados por sacerdotes, lo que ha llevado a que sólo en los EEUU haya tenido que pagar más de 600 millones de dólares en indemnización a las víctimas, y plagada de intrigas internas de poder que han salido a la luz a través de los famosos Vatileaks, la situación de la institución eclesiástica resulta poco menos que insostenible.
Si a esto le sumamos el tradicional conservadurismo de la institución, el papel que la Iglesia católica se ha atribuido como institución “rectora” del funcionamiento y las pautas de comportamiento de la vida social, atribuyéndose la autoridad para regular las bases de las mismas y su persistencia en seguir relegando a la mujer a un espacio de sumisión, la necesidad de un aggiornamiento y de intentar limar las aristas más impresentables de su funcionamiento se hacía evidente.
Los primeros gestos del papa Francisco, buscando alejarse de la ampulosidad de sus predecesores y las reiteradas referencias a los pobres y a los humildes que remiten en buena medida a lo realizado por Juan XXIII, van en este sentido y fundamentan las expectativas creadas en sus fieles. Pero debemos apuntar que por lo que hemos leído y conocido de la trayectoria de Bergoglio, si bien no se encuentra en su pensamiento una descalificación directa de lo realizado por el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín, el mismo no alienta una mirada entusiasta sobre la reivindicación de estos, lo que aconseja a tener prudencia en torno a las expectativas creadas.
Esta es la foto que hoy se nos presenta, pero antes que el tiempo nos muestre de qué irá la película de Francisco, en la Argentina tenemos la posibilidad de analizar la precuela de la misma, protagonizada por el ahora ex cardenal Bergoglio.
Jorge Bergoglio llega al papado luego de haber protagonizado por años la historia de la Iglesia argentina. Una Iglesia que como institución de poder terrenal carga sobre sus espaldas el haber estado aliada permanentemente a las clases dominantes, al poder más conservador de la sociedad, siendo entusiasta impulsora de la cultura macartista en la Argentina. Una Iglesia que jugó un papel nefasto en la Semana Trágica, en la Patagonia Rebelde, en la llamada Revolución Argentina de Juan Carlos Onganía y en las diversas dictaduras cívico-militares que azotaron a nuestro país, para enumerar unos pocos pero emblemáticos momentos de nuestra historia.
El debate sobre la actuación de Bergoglio en la última dictadura es uno de los temas más recurrentes en estos días. Asistimos a un cruce de testimonios y denuncias sobre la misma, pero más allá de estos debates, lo que podemos decir con absoluta seguridad es que a Bergoglio le tocan las generales de la ley para todos aquellos que pertenecieron a algún estamento dirigencial de la Iglesia en esos oscuros días en donde la institución eclesiástica fue cómplice y activa protagonista del régimen represor.  Como bien dice Atilio Boron en un artículo reciente: “En su momento Bergoglio pidió perdón en nombre de la Iglesia ‘por no haber hecho lo suficiente’ para preservar los derechos humanos ante la barbarie del terrorismo de estado; debería haberlo pedido, en cambio, por el explícito apoyo que la jerarquía le brindó a los genocidas y no por lo poco que hizo para combatirlos”.
Más recientemente, el nuevo Papa lideró una Iglesia que, apoyada en su dogma, salió a defender sus espacios de poder a través de su posición en temas como la legalización del aborto, la defensa de la obligatoriedad de la educación católica en escuelas públicas que se mantiene en varias provincias, el ataque a muestras de arte como la de León Ferrari y en el debate sobre el matrimonio igualitario, buscando presentar al mismo como “la pretensión destructiva del plan de Dios”. Todo esto apostando al “estado de crispación”, denunciado por el propio Bergoglio, no se resignó a dejar de lado una de sus más antiguas obsesiones, que la moral “occidental y cristiana” mantenga su poder de influencia y extorción tanto sobre la vida privada de las personas como sobre los designios políticos del país.
Es así que todas las decisiones gubernamentales que tocaran áreas de alta sensibilidad para la Iglesia católica, como aquellas relacionadas con la educación y la moral familiar y reproductiva, pasaron indefectiblemente por el tamiz previo de la opinión de la Iglesia.
Afirmados en su lugar de mayoría, los hombres de la Iglesia han actuado históricamente como si la cultura de la población fuese íntegramente católica, y desde esa posición de poder interpelan a las estructuras del Estado y a los partidos del sistema.
Las consecuencias de este accionar están a la vista, ya que si bien nuestra sociedad alcanzó grados muy altos de secularización y, más allá de los momentos de conflicto alcanzados con alguno de los gobiernos de turno, la Iglesia nunca resignó su proyecto de mantenerse como parte de las esferas de poder, proyecto que viene ya desde los tiempos de la colonia, cuando las autoridades religiosas sostuvieron una cosmovisión que igualaba la identidad nacional a la religiosa. Gracias a este reconocimiento del catolicismo como pilar de la nacionalidad, la Iglesia gozó del derecho exclusivo de influenciar sobre múltiples aspectos de la vida cotidiana de las personas.
Pero más allá del poder que busca seguir ostentando la Iglesia católica a nivel institucional en Argentina, no ha podido impedir el avance de la secularización en la sociedad. Y es en este proceso que nuestra sociedad ha librado numerosas batallas culturales que han significado importantes traspiés para la omnipotencia ideológica y cultural de la Iglesia que sostiene posturas conservadoras de larga data como fue el caso del debate librado por la ley de divorcio y, más lejanas en el tiempo, la lucha por la laica o libre en el campo educativo y la implantación del matrimonio civil.
En estas confrontaciones, en estos intentos de confundir los límites entre los intereses de la Iglesia y el Estado, resulta evidente que la Iglesia argentina más que valores religiosos defiende espacios de poder.
No se puede ignorar que Bergoglio es portador de un perfil claroscuro que mezcla la tradición conservadora con un costado social del que muchos han dado testimonio en estos días. Como decíamos, este  perfil de jesuita comprometido con los problemas sociales es el que ha despertado, a través de sus primeros gestos, enormes expectativas de cambios en una gran cantidad de fieles que se venían sintiendo cada vez más lejos de una institución que no se ha caracterizado por impulsar los mismos.
Esta expectativa positiva de sus fieles se afirma en la esperada concreción de la consigna “iglesia pobre para los pobres” sostenida en estos días por el Papa. Pero de más está decir que de no haber prontos resultados, de no tomar medidas concretas en este sentido, la decepción puede ser de la misma magnitud que la expectativa actual.
La profundidad de la crisis de la Iglesia se refleja en una disputa cultural y de poder que no resulta un dato menor para la izquierda, para la construcción del proyecto emancipador de nuestros pueblos y para el camino de nuestra segunda y definitiva independencia.
Debemos intervenir en la misma con la fuerza de nuestras convicciones, dejando de lado tanto el silencio defensivo ante estos temas como el consignismo anticlerical, que interpela a la Iglesia como un todo monolítico y fomentar y recuperar el diálogo entre cristianos y marxistas, diálogo que de enorme importancia en estos momentos, en un continente que ha sabido defender los avances revolucionarios como el cubano y que a través de la revolución bolivariana de Hugo Chávez ha reinstalado la idea de un pos-capitalismo vinculado a la concepción marxista del socialismo y en el cual, al mismo tiempo, las masas que impulsan estos cambios tienen en su mayoría inspiración cristiana.
No son pocos en nuestro continente los casos de sectores o integrantes de la Iglesia que se comprometieron con las causas populares y los procesos revolucionarios y que, enfrentando muchas veces el ataque de la propia institución, como en los casos emblemáticos de Camilo Torres, Monseñor Romero, y en nuestro país Enrique Angelelli, Carlos Ponce de León y el Padre Carlos Múgica entre otros, ofrendaron sus vidas por estas causas. 
Fortalecer los puentes con estos sectores, con todos aquellos que cotidianamente rescatan de la religión su capacidad de conmoverse y de actuar frente a la miseria, las desigualdades y la violencia del sistema, es una de las principales tareas que debe asumir la izquierda en esta batalla.



miércoles, 13 de marzo de 2013

Hugo Chávez

Hugo Chávez Frías
El gran impulsor de las causas colectivas
 
Patricio Echegaray
 
Desde su alzamiento ante el gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1992, la figura de Chávez había generado fuertes controversias en el terreno de la izquierda. La negra historia de los golpes militares en nuestro continente al servicio de los grandes intereses económicos y del imperialismo generó muchas reservas y prevenciones en sectores de la izquierda y de la intelectualidad que manifestaban sus dudas sobre un líder surgido de las fuerzas armadas que se presentaba, desde su pensamiento bolivariano, firmemente comprometido con los intereses de su pueblo.
En su primera visita a la Argentina en 1994, los comunistas, con un especial trabajo de Athos Fava ya habíamos intentado, por pedido de las FARC y el Partido Comunista Venezolano, generar un marco de relaciones para Chávez con sectores de izquierda, lo cual chocó contra el obstáculo que generaba la resistencia de estos sectores a reunirse con un militar.
Finalmente, en el año 1996, en el marco del IV Foro de San Pablo en El Salvador, fue Raúl Reyes quien propicio mi primera entrevista con Hugo Chávez. En ese Foro y ante la resistencia del PT brasilero y el PRD mexicano en otorgar la palabra a Chávez, nuestro camarada Schafik Handal organizó una reunión de Chávez con varios integrantes del Foro en la cual tuvimos el honor de participar.
Un dato que llamó a poner atención sobre su figura fue el especial trato que le dispensó Fidel Castro y la actitud de Chávez de vincularse cada vez más a una de las mentes más brillantes de nuestra época. Esta relación fue un ejemplo extraordinario de colaboración revolucionaria entre dos líderes que supieron dejar atrás las tensiones inmanentes entre hombres de semejante envergadura.
Desde su irrupción en la escena política mundial, Hugo Chávez ocupó el centro de la escena encabezando la lucha contra el neoliberalismo. Pero su lucha no se limitó a enfrentar los efectos económicos y sociales de este modelo, la profundidad de su mirada le hizo ver con claridad meridiana que resultaba fundamental, como lo venía anunciando Fidel Castro, el librar una profunda batalla cultural contra el extremo individualismo impulsado por los neoliberales como una de sus medulares medidas de dominación política.
Frente a esto, Chávez se entregó a la enorme y sabia tarea de recuperar las causas colectivas como instrumento de construcción y legitimación políticas.
Batalló, entre otros aspectos, por dejar atrás la propuesta  neoliberal de un estado ausente y prescindente de los problemas del pueblo y profundamente presente y activo en la represión de las protestas populares. En este sentido, no sólo impulsó una fuerte distribución del ingreso, sino que también avanzó en medidas estructurales como la nacionalización de los recursos naturales, la industria y el comercio.
Desde el punto de vista ideológico, Chávez fue un compendio de las ideologías revolucionarias latinoamericanas abrevando en el nacionalismo revolucionario, el marxismo y la teología de la liberación. Impulsó la recuperación de las causas colectivas conjugando las tres características fundamentales que siempre deben guiar un proceso emancipador, el patriotismo, el antimperialismo y el anticapitalismo, vinculándolas a  la idea fuerza de que la sociedad poscapitalista solo podría ser alcanzada a través del socialismo.
Heredero y continuador de las tradiciones de lucha de nuestro continente, Se constituyó en una versión potenciada de líderes como Torres, Velazco Alvarado y Torrijos.
En este sentido, los avances materiales alcanzados por la revolución bolivariana en la mejora de la calidad de vida de su pueblo se conformaron en el firme sustento sobre el cual se libra la batalla ideológica.
Para librar esta batalla, comprendió tempranamente la necesidad de la organización, de contar con un partido organizado que impulse una política frentista desde la cual profundizar la construcción de poder popular.
Con esta forma de accionar en política, Chávez dejó totalmente reafirmado el carácter bolivariano de su proyecto, tanto para Venezuela como para toda América.
El profundo internacionalismo que signó su vida quedó plasmado a fuego en nuestros pueblos con el impulso del ALBA, la UNASUR, la CELAC y con ese grito de desafío, rebeldía y propuesta que significó el ALCA ¡ALCARAJO! pronunciado en Mar del Plata en el año 2005. Al igual que José Martí, Chávez supo ver en las entrañas del monstruo y lo enfrentó valientemente siendo el promotor de un nuevo y superador antimperialismo en la región.
El apoyo de su pueblo le permitió vencer el golpe de estado en 2002, sortear el feroz paro petrolero impulsado por la oligarquía venezolana y superar airoso un sinfín de maniobras desestabilizadoras impulsadas por el imperio y los grandes medios de comunicación, dejando hoy una sucesión encabezada por Nicolás Maduro que todo indica tiene una enorme capacidad para seguir adelante con la revolución bolivariana y continuar enfrentando exitosamente no sólo los renovados embates del imperio, sino también las contradicciones que puedan surgir al interior del chavismo.
El ejemplo de Hugo Chávez, sus acciones concretas se convierten así en una valiosa reserva de inspiración para las luchas de los pueblos del mundo y desde el Partido Comunista impulsaremos un Seminario Permanente sobre el pensamiento del líder bolivariano para mantener vigente su legado. 
Hugo Chávez, el revolucionario más notable surgido en nuestro continente en el siglo XX luego de Fidel Castro y el Che Guevara ha dejado una marca indeleble en Venezuela y en toda América Latina y el Caribe. Así lo manifiestan los ciento de miles de personas que lo despiden en su tierra y los millones seguirán su ejemplo en todo el mundo haciendo realidad la consiga de ¡Chávez somos todos!
Ernesto Che Guevara ya nos lo había dicho: “si supiéramos unirnos, que hermoso y cercano seria el futuro”.
Raúl Castro afirmo que “Chávez murió invicto, invencible y victorioso”.
Sabemos que esto es verdad y que el legado de Hugo Chávez Frías ha sido, es y será habernos acercado a ese futuro.
    

sábado, 9 de marzo de 2013

Declaración


Chávez: Lo recibe la historia grande.
Declaración del Partido Comunista de la Argentina.

Cuando la escena mundial estaba teñida de derrotas de los pueblos y se imponía la tragedia neoliberal en el debate ideológico, político, económico y cultural, surgía en la Venezuela de la Cuarta República un movimiento social que se expresó en el Caracazo y a poco andar en el liderazgo de un joven militar que se rebelaba contra las imposiciones del FMI y sus consecuencias de hambre, miseria y dolor y de fuertes represiones antipopulares.
 El “fin de la historia”, el “fin de las ideologías”, el “fin de las revoluciones”, proclamaba por entonces un escriba a sueldo de las multinacionales y el sonsonete era repetido mil veces por la red global monopólica de desinformación.
 Pero las cosas no fueron como el predijo: hubo una REVOLUCION, la Bolivariana, ella reinstaló el debate ideológico sobre el SOCIALISMO para el siglo XXI, y con ello cambió la HISTORIA de un continente que ha dado ya importantes pasos hacia la unidad, la integración regional y la independencia que soñaron los primeros Libertadores, que sólo podrá ser realidad, como ellos pensaban, desde una Patria Grande Latinoamericana y Caribeña.
 Esa enorme tarea de alcance histórico universal la encabezó Hugo Rafael Chávez Frías.
 Hoy, una marea roja de corazones doloridos y combativos lo despide en su tierra de la cotidianeidad de la vida.
 Por sobre la gran tarea desarrollada, sus compatriotas destacan su esfuerzo, su bondad, su valentía, su amor por la Patria y por el pueblo. Amor con amor se paga.
 Ese pueblo encolumnado dice y nos dice a todos: estemos unidos, sigamos su ejemplo y alcemos las banderas del proyecto por el que diera la vida.
 La Unasur, la Celac, al ALBA y el ingreso de Venezuela al Mercosur tienen su inocultable impronta y son signos de lo nuevo y transformador de este continente que sigue siendo, y cada vez más, “el continente de la esperanza revolucionaria”.
 Como no podía ser de otro modo, una figura de su talla sostuvo una sólida y sustantiva amistad con Fidel Castro Ruz. Las imágenes de esa camaradería, en el sentido más político y profundo de la palabra, y sus realizaciones, llevan a pensar que ellos son los dos grandes Libertadores de la historia actual.
 Lo vimos de cuerpo presente los argentinos cuando el ALCA fuera enterrado en Mar del Plata
 El Partido Comunista de la Argentina desea de todo corazón que el camarada Nicolás Maduro y sus compañeros y compañeras, puedan continuar la gesta heroica y creativa de la Revolución Bolivariana. Sabemos que tienen la formación y la fibra para ello.
 Se ha ido Hugo Chávez. Pero los buitres del imperio y todos sus acólitos deben saber que Chávez se ha ido para juntarse con Simón Bolívar, con José de San Martín, con Augusto César Sandino, con Ernesto Che Guevara y tantos otros que nos siguen ilustrando e iluminando en nuestro camino de liberación nacional y social.

¡VIVA CHAVEZ!

 ¡VIVA LA PATRIA GRANDE!

 ¡VIVA EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI!

Comité Central del Partido Comunista de la Argentina

 Marzo de 2013

martes, 5 de marzo de 2013

Hasta siempre Comandante


América Latina ha perdido con Hugo Chávez al más grande revolucionario surgido después de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara.
Su ejemplo de lucha y compromiso revolucionario son el legado que los pueblos de América Latina y el Caribe levantaremos como bandera de unidad hasta alcanzar nuestra segunda y definitiva independencia.
Imperialistas, ¡No pasaran!
Hasta la victoria siempre Comandante

Nos convocamos

EN CAPITAL FEDERAL EN LA CASA PATRIA GRANDE, JUNCAL Y PELLEGRINI
EN ROSARIO CONVOCAMOS EN EL MONUMENTO A LA BANDERA
EN SALTA CAPITAL EN LA PLAZA 9 DE JULIO
EN SAN JUAN EN LA PLAZA 25 DE MAYO
EN SAN LUIS EN EN CORREO
EN PARANA EN LA PLAZA DE MAYO

martes, 19 de febrero de 2013

Dos buenas noticias para nuestra América


Dos buenas noticias para nuestra América

Patricio Echegaray

En estos días hemos asistido a dos acontecimientos de enorme importancia para el futuro de los procesos emancipatorios de nuestra América que merecen una primera reflexión.
Por un lado, mientras aún se propagaban malintencionados análisis sobre la autenticidad de las fotos que mostraban al presidente Hugo Chávez en pleno proceso de recuperación junto a sus hijas en Cuba, el anuncio de su regreso a Caracas tiró por la borda estas especulaciones que sólo reflejaban la expresión de deseos de los enemigos de la revolución bolivariana.
El regreso del presidente Chávez a su patria es un hecho que nos alegra por partida doble, en lo humano por que el mismo nos habla de un avance positivo en la dura batalla que Chávez está librando por recomponer su salud, y en lo político resulta un dato fundamental por la relevancia que el proceso venezolano tiene en nuestro continente y para el cual, la presencia del líder junto a su pueblo y acompañando a Nicolás Maduro en las tareas que le ha tocado asumir y que leal y eficientemente está llevando adelante, resultan de enorme importancia.
Estamos seguros que los mismos buitres que pusieron en duda la autenticidad de las fotos y que hoy quieren hacer ver en el regreso de Chávez a Venezuela una suerte de “despedida” por el agravamiento de su salud, serán nuevamente desairados por la recuperación del presidente bolivariano.
A la alegría por el regreso de Chávez se suma la contundente victoria lograda por Rafael Correa en Ecuador.
La ratificación de la Revolución Ciudadana encabezada por Correa es una muestra más del apoyo popular alcanzado por el proceso de transformaciones profundas encaradas en Ecuador que ha dejado muy lejos en las preferencias electorales tanto a la derecha que busca regresar al paradigma neoliberal como a aquellos sectores de la izquierda que, impulsados por un supuesto “purismo ideológico” han roto con el presidente Correa y, coincidiendo en la práctica con los intereses derechistas, apostaron a una derrota del mismo.
El pueblo ecuatoriano hizo fracasar estos intentos revalidando un proceso de transformación el cual, como planteó el presidente reelecto, enfrenta el desafío en los próximos años de hacer irreversibles las reformas efectuadas y avanzar profundamente en lo que falta para la refundación de un Ecuador más justo.
No son pocas las enseñanzas que los procesos venezolano y ecuatoriano proyectan sobre la región y sobre las cuales seguramente volveremos en otras oportunidades, pero lo que hoy podemos refrendar es que los pueblos apoyan a los gobiernos que llevan adelante medidas antineoliberales  y que lejos de sufrir el “desgaste de la gestión”, estos gobiernos logran revalidar su compromiso con los sectores populares que los acompañan y que los sostienen, dejando en claro que para avanzar y dejar definitivamente atrás los embates derechistas resulta necesario profundizar el camino de las reformas estructurales.
    
   
  

   




sábado, 16 de febrero de 2013

La necesidad de cambios estructurales


La necesidad de cambios estructurales

Patricio Echegaray


Las medidas de congelamiento de precios por 60 días tomadas por el gobierno deben ser vistas, a nuestro entender, como un síntoma de la compleja situación económica que, en buena parte como derivación de la crisis capitalista mundial, enfrenta nuestro país.
La puja distributiva que impulsa una carestía de la vida que afecta principalmente a los sectores populares, en el marco del descenso del crecimiento al 1,9% en 2012 anunciado por la presidenta, encienden luces de alerta sobre la economía argentina en 2013 y evidencian la necesidad de encarar de forma firme y consecuente las reformas estructurales profundas que nos lleven a dejar atrás definitivamente la matriz neoliberal que aún condiciona nuestra economía en un país en el cual se ha avanzado en algunas medidas que fomentaron un crecimiento en la distribución del ingreso, pero que aún no ha tomado medidas efectivas por la distribución de la riqueza, la cual ha continuado concentrándose significativamente en el país.
No está de más insistir, la derecha real, encarnada en las grandes empresas, en las 20 empresas que producen el 80 por ciento de los alimentos y artículos de mayor consumo, en los verdaderos grupos de poder económico,  político y mediático, interviene ferozmente en la puja distributiva, extorsiona y pone condiciones, siendo protagonista y responsable en la fijación de precios que provocan inflación.
Como venimos planteando desde el Partido Comunista en diversas oportunidades, y hemos reforzado particularmente en nuestros documentos conocidos como Castelar 1 y 2, debemos sumar al análisis sobre el desarrollo de la crisis, una serie de puntos para debatir el proyecto de país que debemos impulsar.
El proceso argentino está sujeto a la generales de la ley de los procesos latinoamericanos que hasta ahora han avanzado sobre las cuestiones más filosas del neoliberalismo, pero aún no han avanzado en profundos cambios estructurales lo cual, entendemos, es la etapa que debemos asumir. 
Entendemos que librar este debate es fundamental no sólo frente a la derecha que aspira a volver al neoliberalismo salvaje de los 90, sino que también resulta impostergable darlo al interior del campo popular, es decir con el progresismo, con la izquierda y con el propio gobierno.
Sabemos que este es el debate más complejo, un debate que debemos dar sin confundir al enemigo principal, pero a la vez el que encierra la verdadera potencialidad de alumbrar un proyecto alternativo de país.
Como decíamos, los pasos dados en la distribución del ingreso y otras medidas tomadas por el gobierno constituyen un piso que se debe valorar en su real dimensión y defender ante los embates de la derecha. Por eso no podemos confundirnos, defender el piso alcanzado resulta fundamental para cualquier proyecto transformador que podamos impulsar, retroceder en esto solo beneficiara, a mediano plazo, los intereses de la derecha, pero desde el piso alcanzado debemos empujar los cambios necesarios para perforar el techo impuesto por la derecha, los sectores concentrados de poder y las limitaciones que condicionan a sectores del propio gobierno.
Buscar la superación de los problemas económicos que se enfrentan requiere sostener un franco intercambio de ideas al interior del campo popular sobre la necesidad de avanzar sobre la vigencia de algunos espacios claves del modelo neoliberal y del Consenso de Washington.
Por eso, si bien los valoramos, no debemos sacralizar los avances alcanzados y silenciar nuestras críticas por el temor a hacerle el juego a la derecha. El juego a la derecha se le hace cuando se hace seguidismo de sus políticas apostando al desgaste del gobierno como, por ejemplo, sectores autodenominados progresistas, muchos de ellos agrupados en el FAP, realizan cotidianamente, y no cuando se critica al gobierno y se busca aportar marcando sus límites y lo que todavía queda por hacer.
Aún no se avanzó resueltamente en la recuperación del patrimonio nacional entregado en momentos del auge neoliberal como la energía, el transporte ferroviario y marítimo y no se ha avanzado tampoco en el rescate de los recursos naturales. 
Se mantienen las condiciones que garantizan las ganancias extraordinarias del capital concentrado, por lo cual, si bien ha mejorado en parte la situación de los sectores populares, la desigualdad no solo se mantuvo, sino que continúa incrementándose.    
Resulta evidente que si se mantiene esta gigantesca desigualdad, si subsisten las injusticias sociales, si no se toman medidas para disminuir la inflación, estas serán, más temprano que tarde, un caldo de cultivo ideal las para maniobras desestabilizadoras del imperio.
Resolver esto no es posible apelando solamente a la distribución del superávit estatal.
Será necesario afectar a las grandes fortunas, las súper-ganancias, controlar el sistema financiero y gravar su movimiento, es decir, avanzar en cambios estructurales en el sistema económico del país.
Este es el desafío de la hora, y a esto buscamos aportar desde el Partido Comunista. Lo hacemos desde una posición autónoma que de ninguna manera implica neutralidad o prescindencia sino que nos permite apoyar enérgicamente un conjunto de medidas tomadas por el gobierno, sin dejar de aclarar que las consideramos solamente un piso, importante sí, pero un piso desde el cual es imprescindible trabajar para elevar el techo y superar positivamente la disyuntiva de la hora entre radicalización o restauración neoliberal.
Como venimos sosteniendo, a nuestro juicio, esta emergencia requiere de un plan de acción que se articule y con base en los siguientes ejes: la profundización de la integración latinoamericana, la distribución de la riqueza y la reforma impositiva, la recuperación del patrimonio nacional, la transformación del sistema financiero en servicio público, el desarrollo rural sustentable, la promoción de la economía social y la ampliación democrática.
Sobre estos ejes proponemos llevar un debate que debe servir para crearnos mejores condiciones para enfrentar la crisis, pero también como forma de aportar a la construcción de un proyecto de país que debe ser levantado y defendido por el campo popular a través de la construcción de una fuerza política amplia, frentista que sirva como sostén e impulsora de los cambios necesarios.
Esto resulta impostergable en una coyuntura donde, reiteramos, la disputa en nuestro país y en la región sigue pasando entre la radicalización de los procesos de cambio o restauración reaccionaria neoliberal.

viernes, 8 de febrero de 2013

Declaraciones de Patricio Echegaray


Buenos Aires, 8 de febrero de 2013

No a la xenofobia                                                                                                            
SI a la Unidad de la Patria Grande

El Secretario General del Partido Comunista de la Argentina, Patricio Echegaray, expresó hoy su enérgica condena frente a los repudiables cánticos xenófobos contra argentinos, bolivianos y peruanos, conque marinos chilenos acompañaron un entrenamiento de rutina realizado en la ciudad de Viña del Mar.
“Como es natural la Cancillería Argentina y el Ministerio de Defensa pidieron explicaciones a las autoridades chilenas sobre un evento insólito e inaceptable desde todo punto de vista, pues además de su contenido xenófobo los cantitos –filmados por un transeúnte- expresaban un nivel extremo de intolerancia y una invocación concreta a ‘matar, fusilar y degollar’ a los habitantes de países hermanos.
No es posible pasar por alto la gravedad del hecho ocurrido hace pocas horas en Chile, cuyas autoridades se comprometieron a investigar y penar a los responsables. Sin embargo, desde las filas mismas del oficialismo también hubo un  diputado de la Unión Democrática Independiente que pretendió minimizar el hecho y justificar a los marinos”.
Por el contrario, tal cual lo reclama el diputado del Partido Comunista Hugo Gutiérrez  -según declaraciones publicadas en el diario La Nación de Chile-  es urgente investigar y actuar con premura al respecto: “Como diputado de la República le exijo al ministro de Defensa Hinzpeter que inicie una investigación al interior de las Fuerzas Armadas para que todos estos cánticos xenófobos de entrenamiento sean eliminados de las prácticas cotidianas de las Fuerzas Armadas”.
Las fuerzas populares, democráticas y progresistas de toda la región tenemos que  estar alerta ante la previsible repetición de hechos como éste.  Hoy mismo tuvimos noticia de expresiones xenófobas protagonizadas por cadetes de la policía mendocina. Y hace apenas diez  días un grupo de la derecha trasandina pretendió  – sin éxito- montar  una provocación contra Raúl Castro cuando el Presidente de Cuba asumía la presidencia de la CELAC. Es que la derecha y especialmente los sectores alineados con el pinochetismo no se resignan ante los  procesos de unidad e integración regional que avanzan en Nuestra América.
No se resignan a la existencia de la CELAC (que va desplazando a la vieja OEA)  a través de la cual –para decirlo con las palabras del propio Raúl Castro- “vamos construyendo, en la dura realidad, trabajosamente, el ideal de una América Latina y Caribe diversa, pero unida en un espacio común de independencia política, de control soberano sobre nuestros enormes recursos naturales para avanzar hacia el desarrollo sostenible, la integración regional y el enriquecimiento de nuestra cultura”.