jueves, 30 de agosto de 2012

Una salida política para el conflicto colombiano

Una salida política para el conflicto colombiano
Patricio Echegaray

El acuerdo firmado en La Habana para abrir una nueva instancia de diálogo entre el gobierno de Colombia y las FARC, resulta una noticia de alto impacto, tanto para el pueblo colombiano como para América Latina toda.
Desde el Partido Comunista de la Argentina vemos con satisfacción que en ese hermano país se abra nuevamente una oportunidad para la paz, la cual sólo puede ser obtenida a través de un acuerdo político que garantice la seguridad de los combatientes de las FARC y aleje toda posibilidad de recrear las masacres perpetuadas por el Estado colombiano y las fuerzas paramilitares contra la Unión Patriotica.
Este es un primer paso que implica una enorme responsabilidad. No es la primera vez que se intenta, las anteriores fracasaron por las presiones por intentar sacar ventajas militares, rendiciones incondicionales y entregas de armamento para imponer la derrota y el aplastamiento del adversario. Si no se hubiera seguido este criterio, el proceso que fracasó hace 10 años podría haber resultado exitoso y evitado las masacres perpetuadas en esto años y las violaciones a los derechos humanos que han alcanzado un volumen estremecedor.    
Como bien a manifestado en su declaración el Comité Ejecutivo del Partido Comunista Colombiano: “Este hecho eminentemente positivo no puede ocultar que se trata solo de un primer paso. La profunda incidencia de la guerra interna, de sus enormes costos humanos, fiscales, económicos y ecológicos, del intervencionismo del Comando Sur en el escalamiento y degradación de la misma, hacen prever un pulso complejo y difícil, en el que solo la actuación del pueblo y su movilización unitaria y masiva podrán detener la mano del guerrerismo y de las fuerzas que conspiran contra la paz”.
Queda claro, sólo la movilización y protagonismo de los sectores populares en este proceso podrán llevar a buen puerto el mismo, poniendo freno a los conspiradores que desde los EEUU, los grupos paramilitares y el Estado colombiano intentaran, como en otras oportunidades, aprovechar esta instancia de diálogo para conseguir ventajas militares.
La paz en Colombia debe ser entendida como una causa de toda nuestra América, y los pueblos del continente brindamos nuestro apoyo al pueblo colombiano ante este renovado desafío. Por eso insistimos en la posición que hemos sostenido todos estos años y sumamos nuestra voz a los que luchan por una solución de carácter político y negociada, la única que puede tener efectos positivos para la situación política, social y económica del pueblo colombiano.
El único camino posible para la paz pasa por el diálogo sin condicionamientos.

Buenos Aires, 30 de agosto de 2012

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